domingo, octubre 23, 2005

Acaso el último reducto del hedonismo es el embelezo en la evocación escatológica, dispara el Tigre Famélico. Aquí, mi tributo de sangre.

Incurre el Tigre en dos (titubeo al llamarlos) errores: un equívoco y una omisión de perspectiva.

Del equívoco: Escatología se refiere a todo aquello que tiene que ver con procesos terminales, a saber: la muerte y las heces (fecales, en su mayoría). De esta forma, no encuentro por donde encajar (sin albur) lo escatológico en la picardía multicultural que dio pie a esta afortunada provocación. Guarra, groncha, grosera, habrían sido términos más adecuados para calificar la materia que nos ocupaba esa noche. Además, considero que combinar las dosis precisas de Cervantes y Gorostiza con un poco de albur arrabalero, no puede sino ser un buen indicativo de cultura univeral. Me complazco en recordar un elogio que nos fue escanciado ahí mismo: He visitado muchos lugares y en ninguno como en este me he encontrado con tantos expositores y con tanta calidad, de la poesía.

De la perspectiva: Hace más de cinco años, alrededor de una mesa pequeñita, se inició esa reunión. No tenía más objeto que confirmar una hipótesis individual: el germen de la poesía es inherente al ser humano, basta con encontrarlo y ordenarle: Ábrete, sésamo o Levántate y anda. Una vez confirmada, había que ponerla en práctica y pronto la mesa, la ciudad y el país fueron insuficientes para contener este sueño que costó el esfuerzo y la entrega de mucha gente, bajo la férrea dicta-blanda de Raquel Olvera. Este proceso culminó una etapa con la publicación de Cardo. Cinco años. Poesía. Fue la forma generosísima de nuestra maestra de decirnos: "¡Ala! Ya teneis las plumas largas. ¡A volar!" A partir de entonces, alrededor de otra mesa pequeñita, se combinan proyectos individuales y colectivos con francachelas de antología, ahora sí, absolutamente hedonistas.

Para concluir, un apunte personal: Admiro la tenacidad del Tigre y la ferocidad con la que emprende su batalla por construir lectores. Admiro su dedicación sin cuartel y su disciplina espartana. Me declaro su discípula en el arte de esculpir la memoria y en el uso cotidiano del lenguaje engalanado. Sin embargo, como suele ocurrirnos a los perseguidores de la utopía, no comparto sus métodos: Donde tú ves, feroz, una guerra, yo veo una conquista.

5 Comments:

Blogger Unknown said...

También citaré a una de nuestras excelentes visitas de esa noche, venida por cierto de la querida republica hermana del Uruguay:
"No voy a contar lo que viví está noche; nadie me lo creería".

domingo, octubre 23, 2005 11:51:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Me agrada tu comentario Maria Luisa
porque corresponde con una exactitud encomiable a las
conversaciones que hemos sostenido al respecto, en
vivo y a todo color. Usé el término escatológico en su
concepción general, porque las particularidades quedan
incluídas. De pronto me da la impresión, que prevalece
en el ámbito nacional, un ánimo celebratorio que me
cuesta trabajo identificar su causa. Hay muchas cosas
que hacer, prácticamente el tejido sintáctico del país
está defenestrado, y reconstruir ese tejido nos va a
costar muchísimo esfuerzo. Y el grupo de Cardo jala
muy bien, y todo mundo le echa ganas, y somos
entusiastas con la poesía y sorteamos mil cosas para
podernos reunir. Pero, no basta. Hay que redoblar el
esfuerzo. El problema de la lectura en el país es
descomunal y por lo menos tenemos que empezar a
discutir cuál es su solución. Me conformaría con que
mi generación lograra producir esa chispa, y en esa medida es donde vamos a tener que sacrificar nuestro
hedonismo.

lunes, octubre 24, 2005 2:22:00 p.m.  
Blogger Unknown said...

Para contagiar el placer de la lectura, sacrificar el hedonismo sería la manera más fácil de desalentar lectores, estoy por contagiar nuestro hedonismo atravez de la lectura.
Lo que da resultado a la hora de estimular la lectura es publicitar lo que te da, y no lo que te quita.

lunes, octubre 24, 2005 2:31:00 p.m.  
Blogger Tristán said...

Leer es hedónico, que no? Al igual que el vino, la belleza, la comida. Todo vicio es hedónico y todo vicio es bien bonito. Enviciemos al mundo a partir del vino, la belleza, la comida. Enviciemos al mundo de lectura, y si no la mundo, por lo menos a este país de aburridos desviciados.

lunes, octubre 24, 2005 5:07:00 p.m.  
Blogger Silencio said...

Hedonismo, yo yo yo, egoismo con acción, personalidad y estilo, eso es hedonismo, entonces cuando se ha explotado todo ese hedonismo se encuentra que el hedonismo es también eliminar los aspectos que no van, los desechos de personalidad que entorpecen la diversión y atrofian el vicio, se convierte en escatología el hecho de sacar esa concienca que apesta además de estar pasada, cierto el hedonismo al no poder dar más, busca eliminar eso que no lo deja llegar a ese extremo, al final de todo... la dosis mayor...


Digo

Creo

miércoles, octubre 26, 2005 2:00:00 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home