jueves, septiembre 22, 2005

Cuicatlán

Yo, Lo-que-será, que he dicho a todo el que me quiera oir que no me gustan los post grandes, estoy a punto de poner uno E-NOR-ME. Y es que este poema, escrito al alimón por Araceli Mancilla y Lorenzo León, lo vale:

En el valle desértico la chicharra contesta al sol lacerante
y el individuo erguido espera hace miles de años
en el mismo sitio donde el mar lamió rocas habitadas por lagartos
en el valle calcinado el mar dejó vestigios de peces fósiles
plantó salinas líquenes algas arrecifes:
el mar imprimió huellas abrió el canto preparó lodos y semillas
regó brotes de chichiperas y cardonales
un ejército emergió ocupando laderas
las plántulas despuntaron y punzó la conciencia de la totalidad
el mar habitó el valle que aquí canta su ausencia
donó la savia que alimenta a pájaros carpinteros y cenzontles
dejó un rumor que escucha la noche del murciélago
cuando de la humedad queda la sed
cuando del mar cruza la tempestad en los ojos del búho y el gorjeo de gorriones
y las columnas de los individuos milenarios son agujas
abrazadas a la intimidad engendrada por el oleaje
viento incendiado que espera nuevas eras
una floresta diferente a esta arborescencia suculenta
donde la flora nodriza eleva su corola canicular
y cobija a los agaves en los que el mar descansa.

Para leerlo completo, da click aquí

1 Comments:

Blogger ivan buenader said...

Realmente está tan largo que es muy largo...

sábado, septiembre 24, 2005 3:25:00 p.m.  

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