domingo, agosto 14, 2005

Presentación El Cardo/ Pablo Narral

Presentación El Cardo

Cuando me puse a buscar información sobre el cardo, la encontré variada.

Hay cardo marino por ejemplo, que sirve para aliviar el hígado. Los hay tipo alcachofa el cual, para realizar una receta buena, se recomienda una larga cocción. Hay cardo silvestre que tiene la capacidad de crecer en zonas muy secas ya que almacena agua y la hace resistente a cualquier sequía. También una variedad de cardo que utilizan algunos pueblos indígenas con intenciones medicinales y también brujéales. Este último se frota sobre la persona, desnuda preferentemente, con el fin de convocar buenos dioses y apartar a las canallas fuerzas del mal. El brujo limpia el alma maldecida y castigada de su paciente y le da una energía nueva para que el pobre regrese a padecer o gozar con renovados bríos. Pero claro hay otro cardo.

Este Cardo que hoy nos convoca es un cardo que intenta, con Raque] Olvera en la dirección, lograr un trabajo donde la luz, el oficio, los nervios, la sensibilidad aproximen, desde un punto de partida inclusive vacilante, una senda que los recubra y los escurra. Ella nos explica: Un día me vi impelida por la fuerza de jóvenes poetas que encontraba en mi camino a compartir mis conocimientos de las técnicas y herramientas para escribir poesía y corresponder así al trabajo que se tomaron conmigo ¡os maestros de talleres que tomé hasta entonces: Ignacio Betancourt, Dolores Castro, Francisco Hernández, Eduardo Milán.

Raquel hace mención unas líneas más delante, de la obra que realizó en ella la unión de Percepción Temporal, el imprescindible libro de Octavio Paz el Arco y la Lira y los cantos cardenches como totalidad que generó el taller.

Pero es importante hacer una mención más y es tal vez el punto que hace diferencia entre un taller y otro. En el caso de Cardo hay una clara intención grupal. No es sólo la intención de un conjunto de personas que aisladamente intentan una aproximación a la literatura. Es una comunión, que utilizando a Raquel Olvera como médium, sacerdotisa traviesa, convergen en un punto en común que los hace estar por encima de la actitud de un taller y componer una orquesta de inquietos, de artistas que cada uno, desde una perspectiva, curiosidad, afinidad, llámese como quiera, buscan alcanzar su lugar dentro de la creación. Para ello bucean zonas que para algunos son nuevas, ya que provienen de otros oficios como la plástica, la danza, lo actoral, analista de sistemas, historiador, psicología, antropología, narrativa, músico, ciencias políticas, diseñador gráfico, sociología, titiritero, periodista, en fin, esta enumeración es con la intención de mostrar el abanico de Cardo y comprobar que la poesía no respeta nada ni nadie y no duda de hacerse un lugar en todos aquellos que estén dispuesto a abrirse.

Estos hombres y mujeres tomados por sus visiones, y con la disposición en la piel, lo gran construir sus retratos, sus siluetas con la temeridad y el temor que implica aproximarse a la palabra. El tener ese punto donde el carácter de la palabra y el carácter del poeta, pueden pactar y construir el poema. Alejados de la aprensión a la Gracia, y más bien tomados por ella, estos creadores llegan a que es, en definitiva la acción y no sólo la creencia o convicciones, la que nos une y nos envuelve con la poesía. No me refiero a la acción combativa como puede entenderse en la política, me refiero a la acción que permite una lucha de iguales con los límites, un combate que nos ubique en algún piso del edificio del lenguaje. Transmutar a las conjeturas y las posibilidades, en exitosos palos de ciego. Para la filosofía la verdad más cierta es más o menos verdadera. La verdadera batalla es una contingencia de los sentidos. Crear es una actitud, no una suerte. Ningún artista puede estar seguro que entiende a otro, ya que en ocasiones se verá confuso inclusive el mismo. En poesía nada permanece quieto.

El Cardo desde esta antología no se presenta fragmentado, como suele ser en general. En esta antología de Cardo es una comunión lo que provoca la lectura. Donde cada uno de los poetas es una parte. Una totalidad que encuentra su vitalidad en la contradicción de cada uno.

Raquel alcanzó un trabajo no sólo técnico, también humano. Donde los participantes de la antología funden sus maneras de jugar con el alcance posible que tiene lo decible.

Presentar una antología es en la mayoría de los casos un perderse con ella o un perderse en ella. La experiencia en este caso, más allá de la preferencia personal, fue el recibir una respuesta nítida de moverme con todo lo que en ella se desplegaba. Una experiencia con lo que puede ser balbuceado no mostrado: la poesía.

Allí donde la belleza y utilidad se diferencian, distinguiéndose el arte del artefacto.

Buscando desde la esfera de la sensibilidad, la atención en el encuentro de la condición humana con los problemas de la naturaleza.

Pero lo más importante de! trabajo de toda este grupo Cardo con Raquel Olvera, es ese verso del poeta chileno Omar Cáceres. Los integrantes de Cardo trascurren a través de todo sin romperse.

3 Comments:

Blogger Lo-que-serA said...

¡Ay, Raquel! Qué hermoso, medium querida. Tendremos que hacerle una carta de agradecimiento a Pablo por las cosas hermosísismas que dice. Es muy curioso cómo alguien que no conce al taller de nada haya captado, mejor que nosotros mismos tal vez, la unidad de Cardo.
Te llamo. Te amo.

lunes, agosto 15, 2005 11:48:00 a.m.  
Blogger Unknown said...

Te llamo, te amo.

martes, agosto 16, 2005 11:18:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Me encanto la presentación. Además siempre leer una impresión externa, resulta interesante. Y para ser franco la presentación de Pablo Narral tiene un sentido del humor auténtico. Enhorabuena. Estamos en contacto, Raque.

miércoles, agosto 17, 2005 10:16:00 p.m.  

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